domingo, 1 de enero de 2017

Cerrar el circulo.

Que mejor manera de comenzar el año nuevo, con un articulo de opinión de nuestro amigo del Valle de Ayora, Carlos Feurrieguel, aquí os lo dejo, como siempre de diez.
Año tras año los pinares ofrecen su cosecha de piñas. Pasa desapercibida para nosotros. No hay mercado ni recolección, no interviene el dinero. Los árboles en nuestros montes no faltan a su cita, pese a que nadie los abone. Su vitalidad es hija del suelo que año tras año se enriquece con las hojas caídas, convertidas en tierra fértil. Esta es la normalidad, sencilla y a la vez compleja, silenciosa y poderosa al mismo tiempo, de nuestros montes que solo nos llama la atención cuando deja de producirse.