martes, 6 de enero de 2015

Artículo de Opinión.



CAMBIO DE DIRECCIÓN EN LA CALLE RAFAEL ESTRADA 


La víspera del día de Reyes, el Ayuntamiento tuvo a bien regalar a los vecinos de esta calle y, por extensión, a todos los vecinos de Enguera que circulamos por esta zona, con este inaudito cambio en la dirección de circulación. Han “plantau” dos señales de sentido obligatorio a la entrada izquierda de la calle y otras dos de dirección prohibida en el otro lado.
Hasta el día 5 por la tarde, toda la manzana era de doble sentido. A partir de ese momento la calle Rafael Estrada pasa a ser de sentido único, como se indica en el croquis. Pero ojo, sólo esta calle, pues el resto de la manzana sigue siendo de doble sentido.
No sé que se pretende con este cambio que, desde luego, no creo que responda a la petición mayoritaria de los vecinos, (no sé si a la de algún particular, de ésta u otra calle) pero lo lógico es que una calle de doble sentido termine en una rotonda o alternativa similar para poder dar la vuelta cuando un vehículo se encuentre de repente con una dirección prohibida.
¿Dónde darán la vuelta los vehículos que bajen por Doctor Muñoz y que, de repente, se encuentren con una dirección prohibida? ¿En esa plazoleta repleta de coches aparcados? ¿Aprovechando el vado permanente del vecino que vive en la esquina?
¿Cuántos accidentes ha habido en alguna de estas calles que hayan motivado el cambio de dirección?
Hay que destacar también que existen líneas amarillas en el principio de determinadas aceras para facilitar el giro de vehículos grandes, como por ejemplo el camión de la basura. Esas líneas no han sido modificadas y no es lo mismo girar a derecha que a izquierda por lo que el camión de la basura puede tener problemas para girar, pues desde hoy se verá obligado a circular en sentido contrario al que habitualmente lo hacía (subía por San Martín y salía por Rafael Estrada). No sé si la persona que ha tenido esta idea lo habrá pensado. Imagino que no, porque si lo hubiese hecho, antes de plantar las señales hubiese dado la orden de cambiar las líneas amarillas de las aceras.
Quiero pensar que como el planteamiento del ayuntamiento habrá sido velar por el bien general de los ciudadanos por encima del bien particular, (lo cual es mucho pensar), le rogaría que en aras del bien común buscasen una solución que no obligue a los viandantes que circulan por la calle Gracia (esa calle especialmente transitada, entre otras, por personas mayores para ir a la iglesia) a bajar a la calzada, cuando llegan a cierta casa de reciente edificación, debido a la inclinación que han dejado en la acera para facilitar la entrada el garaje o, ¿habrá que esperar a que alguien se tuerza el tobillo para entonces decir “yo no sabía” o “lo hice por amor”?

Fdo: Antonio Gómez Simón