LAS PINTURAS RUPESTRES DE ENGUERA

Si por el serpenteante curso del Barranco de la Hoz rebasamos las confluencias del los regajos de El Pozo,El Calderón y Estancia,aguas abajo y contra la cornisa superior de un marcado contrameando veremos un corto covacho de erosión abierto a poniente,apenas su longitud es de 5,35 m y la anchura máxima de 2 m.Aquí, en el lecho del barranco,por discurrir sobre dura peña,advertiremos una cubeta de 25 m. de longitud por 3,5 m. de anchura donde el agua queda retenida todo el año, es "El Charco de la Pregunta".Este es el motivo por lo que el citado abrigo,cercano a la charca,contiene,por su elevado valor cinegético,una escena de caza.Y es que siempre hay una selectividad a la hora de dejar sobre el muro de una cárcava una pinturas prehistóricas.El ciervo y el antropoide que lo esta cazando con un arco pero sin flecha alguna, forman una escena tan sencilla que marca en este paisaje del termino de Enguera un punto primordial para sorprender a los animales que se acerquen a beber en el bocino contiguo.El eje horizontal del animal alcanza los 14 cm. mientras el vertical,incluyendo la cornamenta es de 26 cm.En frente tendremos el cazador,el pintor olvidó representar la flecha.Su altura es de 25 cm.

Las pinturas Rupestres del "Charco de La Pregunta" fueron descubiertas por Norberto Mesado Oliver, el cual escribió la crónica que yo os he narrado, sacado del libro de Cueva de Enguera de Silvino Vila Carrío.Hace unos años y después de inmumerables visitas al citado Barranco la Hoz varios arqueologos junto a Esteban Romero y Jose Maria Simón, un servidor, redescrubimos estas preciosas Pinturas Rupestres del "Charco de la Pregunta" en Enguera.