jueves, 4 de diciembre de 2014

Fallece Miguel Angel Ródenas.


En la tarde de ayer miércoles falleció Miguel Angel Ródenes, quién, entre otras facetas, fue masajista del C.D. Enguera, y de la escuela de fútbol, al menos, en las temporadas 2007/2008 y 2008/2009, tiempo que coincidimos con mi etapa de entrenador del equipo femenino de fútbol.
En Miguel tuvimos la generosidad, la profesionalidad, la dedicación, el apoyo y la constancia. Nunca excusó o negó su ayuda. Todo lo contrario. Siempre atendió y trató a las jugadoras que lo necesitaron, sin importarle ni la hora, ni su tiempo, ni tener que añadir mas tareas a su labor. En él tuvimos el gran profesional y la buena persona que jamás se olvida.
Esta tarde a las cuatro en la Seo de Xátiva será su entierro. Pero, como último ejemplo de altruismo y generosidad, nos ha dado una nueva lección humana: ayudará a vivir a varias personas y llenará a familias de esperanza y felicidad.
Nuestra eterna gratitud. A su familia y compañera nuestro pésame. Descansa en Paz.
Texto: Julian Martinez. -Equipo Femenino de Fútbol C.D. Enguerea

GRACIAS MIGUEL.

EN RECUERDO Y HOMENAJE A MIGUEL ÁNGEL RÓDENAS

    Como humanos que somos, siempre que llega la fatal noticia de un fallecimiento nos sentimos desconcertados, más todavía cuando se trata de una persona con la que tienes relación, compartes ideas, o cualquier otra cosa de las que unen a las personas.   Para mí, hoy es un día triste, y lo es porque he conocido el fallecimiento de Miguel Ángel Rodenas, un hombre querido por quienes le trataron, un hombre que, para los creyentes, “ha sido llamado por el Señor”, un hombre que, para los “no creyentes”, su muerte es un hecho incomprensible e injusto por su juventud.
De uno u otro modo, todos estaremos  unidos por el dolor de su pérdida, no obstante, quiero exponer mi opinión ante esta fatal noticia: La decisión de sus familiares de donar sus órganos para que otras personas puedan mejorar sus vidas, es una lección de solidaridad que permitirá que, de alguna manera, Miguel Ángel siga existiendo entre nosotros, dándonos su última lección de persona ejemplar hasta después de su muerte.
    Mi más sentido Paz.

María Amparo Marín García