De todo un poco, por José Cerdá.
Hace tiempo que algunos nos referimos a la gestión de ciertos servicios que sufrimos en esta parte de la geografía, dejada de la mano de Dios. ¡Y no hay manera de ver algún atisbo de luz en dicho marasmo!
Hasta hace algún tiempo ya había necesidades, que por su trascendencia, no estar cubiertas para la generalidad y estar en el origen de la falta de empresas y, por ende, de trabajo las denominábamos grandes carencias. Las enumerábamos en el acceso a nuestra comarca por carreteras decimonónicas, en el suministro insuficiente de la energía industrial y en las elementales conexiones de telecomunicación. En ninguna de ellas se ha avanzado un jelme.