Sobre los disfraces, por una Peña.
26
de Septiembre de 2014. Enguera. El pueblo está en fiestas, y las peñas
se preparan para desfilar con sus disfraces. Unos han trabajado más que
otros en sus disfraces, pero es un día de fiesta.
Empieza el desfile y las peñas salen de la Oliveta con sus disfraces. El desfile acaba y todos se dirigen a la orquesta a escuchar el fallo del disfraz. Horas después, el fallo del jurado se hace público, e inmediatamente después se palpa un ambiente de enfado y decepción, ya que se evidencia que probablemente no se ha juzgado al disfraz, sino a quien se disfraza.
Empieza el desfile y las peñas salen de la Oliveta con sus disfraces. El desfile acaba y todos se dirigen a la orquesta a escuchar el fallo del disfraz. Horas después, el fallo del jurado se hace público, e inmediatamente después se palpa un ambiente de enfado y decepción, ya que se evidencia que probablemente no se ha juzgado al disfraz, sino a quien se disfraza.
Quizá me equivoque y mi disfraz y el de mis
compañeros no fue digno de ganar un premio: sinceramente no lo creo, al
igual que medio pueblo y otras peñas que también se han sido estafadas
con la decisión del jurado. Lo cierto es que el mero
hecho de no ganar nada no es lo que más preocupa: me preocupa mucho más
que pueblo se haya sentido estafado y decepcionado con lo ocurrido, y
sobretodo, de que muchas peñas se hayan planteado no volver a invertir
su tiempo en el disfraz del año que viene.
En nombre de mi peña me gustaría expresar mi más sincera decepción con la organización del concurso. Enguera no se merece que cada vez más peñas no inviertan su tiempo, ilusión y ganas en algo llamado paripé.
Enguera no se lo merece. Y esto no tiene otro objetivo que el de hacer que todos aquellos que se sienten aludidos reflexionen y que cambien su actitud por el bien del pueblo.
En nombre de mi peña me gustaría expresar mi más sincera decepción con la organización del concurso. Enguera no se merece que cada vez más peñas no inviertan su tiempo, ilusión y ganas en algo llamado paripé.
Enguera no se lo merece. Y esto no tiene otro objetivo que el de hacer que todos aquellos que se sienten aludidos reflexionen y que cambien su actitud por el bien del pueblo.