Nuestro colaborador en el Valle de Ayora, en artículos de opinión Carlos Feurriegel, nos envía uno nuevo, que habla de los animales, lean y lo entenderan.
Ocurrió hacia el
final de los años setenta y en la TVE, primera cadena. Debatían sobre la
llamada fiesta nacional; en su defensa, el escritor Fernando Sánchez Dragó y en
contra un representante de una asociación defensora de los animales cuyo
apellido era Reich, apellido de ascendencia alemana. Difícil recordar los argumentos de uno u otro
pero sí que se me quedó gravado el ataque de Dragó contra Reich, que sin poder
reproducirlo literalmente vino a decir: “que no le extrañaba el rechazo de
Reich a las corridas de toros dado que hacía honor a su apellido y sabida es la
defensa que los nacionalsocialistas alemanes hacían de los derechos de los
animales”. Un golpe innoble para intentar desacreditar a su adversario, que eludiendo
el fondo de la cuestión, se aprovechaba
de una audiencia condicionanda
por décadas de relato histórico de los vencedores, para obtener la previsible
conclusión de que defensor de los anímales es sinónimo de hostilidad hacia el
género humano. La táctica de Sánchez Dragó ha hecho escuela.