miércoles, 25 de noviembre de 2015

Sospechoso.



Nuestro colaborador en el Valle de Ayora, en artículos de opinión Carlos Feurriegel, nos envía uno nuevo, que habla de los animales, lean y lo entenderan.

 Ocurrió hacia el final de los años setenta y en la TVE, primera cadena. Debatían sobre la llamada fiesta nacional; en su defensa, el escritor Fernando Sánchez Dragó y en contra un representante de una asociación defensora de los animales cuyo apellido era Reich, apellido de ascendencia alemana.  Difícil recordar los argumentos de uno u otro pero sí que se me quedó gravado el ataque de Dragó contra Reich, que sin poder reproducirlo literalmente vino a decir: “que no le extrañaba el rechazo de Reich a las corridas de toros dado que hacía honor a su apellido y sabida es la defensa que los nacionalsocialistas alemanes hacían de los derechos de los animales”. Un golpe innoble para intentar desacreditar a su adversario,  que eludiendo  el fondo de la cuestión, se aprovechaba  de  una audiencia condicionanda por décadas de relato histórico de los vencedores, para obtener la previsible conclusión de que defensor de los anímales es sinónimo de hostilidad hacia el género humano. La táctica de Sánchez Dragó ha hecho escuela.