Mi habitual paseo me lleva hasta la rotonda de entrada a Enguera y todos
los días me llama la atención , desagradablemente, ver que una
escultura moderna , de nuestros tiempos, se vaya ocultando día a día por
la vegetación que se plantó a sus pies. De ser un airoso monumento que
da la bienvenida con los "brazos" abiertos ( símbolo de la hospitalidad
enguerina ) , y que nos hace pensar en hipotéticos danzantes festivos,
a lo que podemos adivinar ,dado que ya está casi tapado por las
crecidas plantas que tiene a su alrededor, sólo media un ligera
observación para quien se quiera fijar y comprobar que quedaría mucho
mejor trasplantando los arbustos y, si las arcas municipales lo
permitieran, trasformar la rotonda en una bella fuente con luces y
surtidores...Allí, los triunfos deportivos, se celebrarían como vienen
marcando las aficiones en otros lugares. Mi sugerencia para quien
corresponda tratando de hacer más bonito mi pueblo.